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estudiante estresado por los examenes coach tenerife
EM Coaching Diario de un Coach Termina el Trabajo… Ahora

Termina el Trabajo… Ahora



estudiante estresado por los examenes coach tenerife

Navegando hoy por Twitter ( o X, como lo ha rebautizado Elon Musk) me he encontrado una imagen en la cuenta El Estoico que me ha recordado un momento muy curioso de mi adolescencia

Yo siempre he sido de estudiar con tiempo, apretar fuerte al principio y progresivamente aflojar según se va acercando la fecha del examen, descansando el ultimo día o par de días. Este plan que está muy bien siempre se me venía abajo cuando se me descuadraba la agenda de estudio y no me quedaba otra que el empacho frente a los apuntes la ultima semana. Años más tarde descubrí un manera de contrarrestar esto, como te conté en mi artículo «Hackeando el Pomodoro. Concéntrate en 5 minutos«.

Uno de los sistemas de estudio que más curiosidad me causó es el de un compañero de clase que apuraba hasta el último minuto. Sin estrés, sin ansiedad, sin prisas, sin ideas negativas. Recuerdo hablar con él justo el día antes de un examen final y decirme que aun estaba por la mitad del temario. Por supuesto con mi forma de estudiar a mi me entraron los siete males en el cuerpo, pero él estaba totalmente tranquilo y relajado. Tenía un día completito (era domingo) para terminar con todos los temas que le quedaban por mirar.

El tiempo subjetivo no tiene nada que ver con el reloj

Así que me paré un momento y empecé a contar el número de horas diarias que podía dedicar a esa asignatura a la semana y el número de horas que faltaban para terminar el domingo. Y eran similares. Obviando que el empacho no es la mejor manera de optimizar el estudio me pareció super interesante notar que cuando me decía a mí mismo «no me queda tiempo para …» en realidad estaba hablando de mi percepción subjetiva del tiempo y no tanto de una medida objetiva y medible del mismo.

Estaba claro, aquí entran en juego una serie de variables de tipo cognitivo en las que mis ideas sobre «el tiempo que me queda para…» modifican mi percepción y por lo tanto alteran los resultados en la gestión del tiempo que hago alcanzar mi meta. Es decir, lo que me digo a mí mismo cuando el «tiempo se me echa encima» no me ayuda a gestionarlo mejor sino que tiene un efecto contrario. Y de ahí los nervios, el procrastinar para no enfrentarme con ese nivel de tensión, incluso creerme que no estoy preparado y dejar el examen para una siguiente convocatoria. A ti también te suena, verdad?

Termina el trabajo

No recuerdo si aprobamos o no ese examen. Pero a menudo pensaba en la capacidad que tenía mi amigo de abstraerse en lo que estaba haciendo sin sentirse agobiado ni presionado por el tiempo, por la lista casi interminable de tareas y exámenes. Esa lista de fechas límite que todo estudiante nota como una mochila llena de piedras.

Hoy he recordado este momento leyendo a El Estoico «Olvida el concepto del tiempo. Termina el trabajo» y reconozco que a todos nos hubiera gustado que alguien hubiera hablado en el colegio de lo que significaba la gestión del tiempo y el estrés, de la importancia de saber enfocarse en lo que uno quiere. Y, más aún, de no creer que si no podías era porque eras un desastre, un fracaso. El sistema educativo ha cambiado en España no se ya cuantas veces, algunas para mejor y otras no tanto, pero siempre se olvida hacer caer en la cuenta entre tanta integral y lista de los reyes godos de cositas como esta que te acompañan el resto de la vida.

Termina el trabajo. Recuerda a mi amigo y termina el trabajo…

Pon en pause la autocrítica … ¿te sirve de algo darte latigazos el día antes del examen?

Evalúa tu plan, detecta fallos, mejóralo y vuelve a evaluar … las veces que haga falta hasta que encuentres el método que a tí te funciona y en el que el estrés se mantiene en niveles aceptables

Cuídate mucho … especialmente en momentos de mucho trabajo y tensión. Duerme tus horas, que tu alimentación sea lo mas sana posible, saca un ratito para caminar o hacer algo de ejercicio (las endorfinas son mi droga endógena favorita)

Pide ayuda … A tus amigos, familiares, a quien sea que sepas que se preocupa por ti. Ya sabes eso de que dos cabezas piensan más (y mejor) que una.

Divide las tareas grandes en mini tareas asequibles … Algo tan pequeño que casi ni te cause esfuerzo…

… y termina el trabajo. Mucha suerte !!!

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