Imagina que tienes una cita con una chica guapísima a la que tienes muchas ganas de conocer. Vas en coche y durante el trayecto hace un ruido raro. ¿Te paras y te pones a pensar en qué le sucede al coche mientras miras el motor?
Por que esto es lo que haces cuando te sucede algo y paras tu vida a preguntarte qué ha pasado y por qué. Parar tu vida es dejar de hacer las cosas que quieres hacer hasta sentirte bien de nuevo, motivado y con energía para hacerlas. ¿Y si llamas a la grúa para que se lleve el coche al taller mientras tu buscas un taxi para no llegar tarde a tu cita?
Te podrás parar a pensar y a buscar el por qué de las cosas pero si esperas a que el coche salga del taller para ir a tu cita descubrirás que la chica ya no está. El precio que estás pagando por discutir con tu realidad es demasiado alto. Vete a la cita, pásalo genial con esa chica que te está esperando y al irte a casa pásate por el taller.
No pares tu vida, porque tu podrás pararte pero la vida no se para. Nunca.

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