Hoy te traigo una metáfora de tu crecimiento personal a través de la semilla de la rosa. Avanzas reconociendo tu potencial pero también sabiendo que cada proceso tiene sus momentos y cada momento sus circunstancias.
Cuando plantas una semilla de rosa y ves lo pequeña que es, no la criticas por carecer de raíces y tallo. La tratas como lo que es, una semilla, y le das el agua y el alimento que necesita para crecer.
Cuando ves que empiezan a salir los primeros brotes de la tierra no la condenas llamándola inmadura. Te alegras porque la semilla se ha abierto y el milagro de la vida ha vuelto a suceder. La sigues cuidando, atendiendo a cada etapa de su desarrollo.
La semilla, el brote, el tallo que sale tímidamente de la tierra, los capullos que aun no se abren… ¿Son la rosa o son algo distinto? ¿A que tipo de flor pertenecen? ¿Qué está creciendo: un árbol, un mariposa, un pez? No, es una rosa, y lo es durante todo su ciclo vital.
En la semilla se esconde todo lo que la rosa será, pero en cada momento la rosa es lo que necesita ser.
Es perfecta como es.
Coach Personal acreditado por ICF. Máster en Psicología Clínica y Recursos Humanos. Consulta Presencial y Online en Santa Cruz de Tenerife. Te acompaño en la búsqueda de tu Plan de Acción. Información de Contacto.