Cuenta Herminia Gomá en su libro Coaching Teleológico un ejercicio curioso. Vamos a hacer la prueba.
Observa durante cinco segundos esta cifra:
149.162.536.496.481.100
¿Te resulta fácil memorizarla? ¿O más bien parece un número imposible de retener?
Ahora mira esto:
(1)² (2)² (3)² … (10)²
De repente todo encaja. Ese número largo se vuelve comprensible porque tiene una estructura. Tiene una fórmula.
¿Para qué recordar esa enorme lista de números si puedes hacer todos los cálculos con la fórmula?
Lo difícil no es actuar, es recordar tu fórmula
A veces no sabemos qué hacer. Nos bloqueamos. Dudamos. Nos repetimos: “¿Y ahora qué?”
Pero en el fondo, no es que no sepamos. Es que la información está desordenada. Como si supiéramos muchas cosas pero no encontráramos el archivo adecuado. Como si tuviéramos resultados (hábitos, decisiones, impulsos) pero no tuviéramos claro el “para qué” ni el “desde dónde”.
El trabajo no está en memorizar cada paso, cada respuesta posible. El trabajo está en encontrar tu propia fórmula. Esa forma única de pensar, sentir, decidir, que te sirve a ti. Que te organiza por dentro.
La vida cambia. Lo que antes te servía, ahora ya no. Las variables cambian, pero la fórmula —tu fórmula— puede seguir funcionando si la adaptas.
¿Cuál es la tuya?
Aquí tienes algunas formas muy concretas de aplicar esta idea en tu día a día:
🔁 1. Crea tu propio “algoritmo de decisiones”
Define tus pasos clave cuando necesitas tomar decisiones importantes. Por ejemplo:
“Si tengo dudas, paro. Si hay ruido, escribo. Si hay claridad, avanzo. Si hay miedo, escucho más despacio.”
No necesitas recordar cada respuesta, solo tu proceso.
🧭 2. Redacta tu brújula interna
Escribe una frase que puedas repetirte cuando te sientas perdido. Algo propio, simple y con sentido:
“Cuando me pierdo, vuelvo a la escucha.”
“No hago desde presión, sino desde presencia.”
📘 3. Lleva un cuaderno de fórmulas
No anotes lo que haces, sino desde dónde te funcionó. ¿Qué te sostenía emocionalmente? ¿Qué creencia estaba viva en ti?
Con el tiempo, verás patrones. Y ese cuaderno se vuelve un mapa de ti mismo.
🔄 4. Reformula tus creencias como ecuaciones
En vez de quedarte en “es que siempre lo hago mal”, busca la lógica interna de lo que te pasa. Y cámbiala. Por ejemplo:
Vieja fórmula: difícil = me paralizo
Nueva fórmula: difícil + pausa + apoyo = posibilidad de crecer
✅ 5. Usa tu fórmula como checklist cuando te sientas desconectado
Pregúntate:
¿Estoy actuando desde mis valores o desde el miedo?
¿Estoy en modo reacción o en modo elección?
¿Estoy escuchándome o huyendo?
Encuentra tu fórmula, no tus respuestas
La información está dentro. No se trata de buscar más, sino de ordenar lo que ya sabes de ti.
Porque tú no eres tus resultados. Eres la fórmula que los genera.
Y esa fórmula puede afinarse, actualizarse, pero no viene de fuera.
Si estás en un momento de duda, de cambio, de búsqueda… quizá este sea un buen momento para mirar dentro y redescubrir tu forma única de moverte por la vida.
Si algo de lo que has leído hoy resuena contigo, quizás este sea un buen momento para dar un pequeño paso.
📌 Primera consulta gratuita
📍 Modalidad: Online o presencial en Santa Cruz de Tenerife
🏠 Dirección: C/ Ruiz de Padrón, 18, 38002 Santa Cruz de Tenerife
📅 Más información sobre cómo trabajo
📅 Agenda tú mismo la cita en el horario que mejor te venga
💬 Escríbeme por WhatsApp y cuéntame en qué punto estás

Acompaño a nuevos emprendedores y personas que están redefiniendo su proyecto y necesitan claridad, calma y sentido en el proceso. Como coach ontológico, te ayudo a ordenar ideas, conectar con lo esencial y avanzar con coherencia. Para que emprender no sea solo lanzar un proyecto, sino también elegir tu forma de estar en el mundo.. Más información.