En toda conversación hay un tipo de información que podemos detectar fácilmente como una corriente de pensamientos y creencias que se van generando de forma paralela al diálogo que tenemos realmente.
Te pongo un ejemplo super clarificador. Un compañero de trabajo te llama para pedirte un favor:
Compañero – Oye, has terminado el informe? Me vendría bien cotejar tus cifras con las mías.
Tu – (pues cuando yo te he pedido lo mismo te has hecho el loco) Si, claro, luego te lo paso en cuanto tenga un momento (o a lo mejor me olvido como te pasó a ti)
Compañero – Si puede ser ahora, mejor. Tengo una reunión con el jefe de sección en un par de horas y quiero tenerlo todo perfecto.
Tu – (encima me estás metiendo prisa?) Ni te preocupes, en cuanto tenga el ordenador a mano te lo envío por correo (aunque no creo que pueda hasta dentro de unas horas)
Compañero – Genial, y de paso si tienes tus previsiones de presupuesto para el trimestre que viene pues también me las puedes enviar
Tu – (y para qué las quieres??? que no me estas diciendo? estás optando a mi puesto?) No las tengo terminadas … ya te voy diciendo
Compañero – Muchas gracias !!!
Ya sabes de qué te hablo, verdad? Sucede muy a menudo. Todo lo que nos decimos a nosotros mismos o lo que pensamos decir a la otra persona pero no expresamos (lo que se ve entre paréntesis y subrayado): eso es la Columna Izquierda, una herramienta de autoconciencia y crecimiento que nos puede ayudar muchísimo.
Los creadores del concepto “Columna Izquierda” son los autores Chris Argyris y Donald Schon. Tratan este término en su obra “Aprendizaje Organizacional: una teoría de la perspectiva de la acción”. Recibe este nombre porque visualmente se representa como dos columnas que van en paralelo:
– la de la izquierda representa los pensamientos internos
– la de la derecha la comunicación externa
Las discrepancias entre ambas columnas son problemáticas como sabes bien por experiencia. No le dices lo que piensas a tu compañero para evitar el conflicto o para no tener un momento incómodo … pero al final tu te sientes mal igualmente. Y estas creencias, miedos, temores, prejuicios aunque no se expresen formarán parte de nuestra conducta a través del tipo de relaciones interpersonales que tengamos, a través de nuestra comunicación no verbal, etc… Esto es, todo acaba saliendo fuera. Eso si, producto de una realidad distorsionada y muy seguramente de malas maneras. No parece un buen plan, verdad?
Empezar a identificar tus pensamientos es un primer paso para empezar a mejorar este «modelo de defensa» como lo llamaron Argyris y Schon y que puede estar contribuyendo a que existan problemas o conflictos no resueltos en tu organización (spoiler para ampliar en otro momento: tu compañero también tiene su columna izquierda)
Identificar tus pensamiento, como te decía, es un primer paso. Y es un buen paso, no te parece?
Piensa en un ejemplo de tu vida real en el que hayas identificado este diálogo interno. Estas preguntas puede que te ayuden a clarificar un poco más la situación y a darte ideas para crear tu plan de acción:
¿Qué pensamientos te han venido a la mente cuando enfrentaste esta situación?
¿Qué crees que está causando estos sentimientos o emociones?
¿Qué suposiciones o creencias subyacen a tu enfoque actual de este problema?
¿Te sirve para algo oir al otro desde tus prejuicios?
¿Cómo te sientes internamente cuando enfrentas esta situación? ¿Cómo te gustaría sentirte?
¿Cuáles son tus deseos o metas personales en esta situación?
¿Qué obstáculos personales percibes al abordar esta situación?
¿Preferimos callar o buscamos alternativas para plantear tus ideas?
¿Eres capaz de proponer de forma constructiva?
¿Cómo te gustaría que esta situación se resolviera para satisfacer tus necesidades personales?
Coach Personal acreditado por ICF. Máster en Psicología Clínica y Recursos Humanos. Consulta Presencial y Online en Santa Cruz de Tenerife. Te acompaño en la búsqueda de tu Plan de Acción. Información de Contacto.