Seguro que en algún momento de tu vida has escuchado la expresión «caer en un pozo de dolor«. Es una metáfora común que usamos para describir momentos de profunda tristeza o sufrimiento. Pero, ¿qué pasa si te dijera que el dolor no es un pozo en el que te hundes sin remedio, sino más bien un túnel que atraviesas? Veamos cómo esta perspectiva puede cambiar la forma en que enfrentamos los momentos difíciles.
¿Pozo o Túnel?
Imagina por un momento que te encuentras en medio de un pozo profundo y oscuro. Las paredes están empapadas de tristeza y las sombras te rodean. No ves una forma clara de escapar, y la sensación de desesperación se apodera de ti. Este es el sentimiento que asociamos con la metáfora del «pozo de dolor». Parece un lugar sin salida, donde el sufrimiento es tu única compañía.
Sin embargo, cambiar esa perspectiva es fundamental. En lugar de un pozo, visualiza el dolor como un túnel. Es cierto que en ambos casos atravesarás momentos difíciles, pero hay una gran diferencia. En un túnel, sabes que hay luz al final. Puede ser una luz lejana y tenue, pero está ahí. Esa luz simboliza la esperanza y la promesa de que, al final del túnel, encontrarás la salida.
A medida que avanzas por el túnel del dolor, puedes encontrar obstáculos y desafíos. En momentos sentirás que estás rodeado de oscuridad, pero recuerda que cada paso te acerca un poco más a la luz al final. Este cambio de perspectiva puede darte la fuerza necesaria para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles.
Avanzando por el Túnel
El dolor, al igual que un túnel, es una experiencia temporal. Aunque pueda parecer interminable en el momento, eventualmente llegará a su fin. Además, el proceso de atravesar el túnel del dolor puede enseñarte lecciones valiosas. A medida que enfrentas desafíos y obstáculos, adquieres fortaleza y resiliencia. Aprendes a adaptarte y a buscar soluciones. Descubres quiénes son tus verdaderos amigos y apoyos en momentos difíciles. Todo esto contribuye a tu crecimiento personal.
Otra diferencia clave entre un pozo y un túnel de dolor es que en el segundo, tienes la capacidad de avanzar. Puedes tomar decisiones y acciones que te ayuden a atravesarlo más rápido o de manera más efectiva. Puedes buscar ayuda y apoyo, hablar con amigos o profesionales de la salud mental, y desarrollar estrategias para enfrentar tus problemas.
Una vez que llegues al final del túnel, te darás cuenta de cuánto has crecido y aprendido. Te sentirás más fuerte y, aunque las cicatrices pueden permanecer, habrás superado el dolor. La vida te dará nuevas oportunidades y alegrías, y apreciarás aún más la luz después de la oscuridad.
Entonces, la próxima vez que te enfrentes a un momento de dolor o tristeza, recuerda que no estás cayendo en un pozo sin fondo. Estás atravesando un túnel, y hay luz al final esperándote. Tómate el tiempo que necesites para recorrerlo, pero ten en mente que, al final, encontrarás la salida y estarás listo para abrazar la vida con renovada fuerza y esperanza.
Coach Personal acreditado por ICF. Máster en Psicología Clínica y Recursos Humanos. Consulta Presencial y Online en Santa Cruz de Tenerife. Te acompaño en la búsqueda de tu Plan de Acción. Información de Contacto.