Muchas veces creemos que nuestras decisiones se basan únicamente en lo que pensamos racionalmente o en lo que “nos conviene”. Pero también somos guiados por la imagen mental de la persona que podríamos llegar a ser.
Esta es la base de la teoría de los yos posibles, desarrollada por la psicóloga Hazel Markus en 1986. Según su propuesta, no somos solo lo que somos hoy: también somos lo que creemos que podríamos ser mañana. Y esa visión —positiva o negativa— influye más de lo que imaginamos en nuestras elecciones, motivaciones y emociones.
¿Qué son los “yos posibles”? Una brújula interna
Markus definió los possible selves como representaciones del “yo futuro” que una persona tiene: lo que quiere ser, lo que espera ser y lo que teme ser. Estas imágenes son estructuras mentales activas que nos orientan día a día.
“Los yos posibles representan componentes clave del autoconcepto, al proporcionar un contexto para la evaluación, el afecto y la acción.”
— Hazel Markus, 1986
Existen tres tipos principales de yo posible:
El yo deseado: alguien que vive con propósito, que actúa con claridad, que se cuida, que disfruta de su vida.
El yo esperado: una versión de ti que consideras realista si todo va más o menos bien.
El yo temido: una imagen de ti mismo que te angustia o que quieres evitar (por ejemplo, alguien estancado, agotado, vacío).
Estas imágenes funcionan como brújula interna. Nos dan dirección, pero también nos confrontan. A veces, nos impulsan. Otras, nos paralizan.
¿Cómo influyen en nuestras decisiones?
Las decisiones importantes —y también las pequeñas— se toman en diálogo con esos yos posibles. Y muchas veces, ni siquiera nos damos cuenta.
🔸 Si te ves como alguien capaz de vivir con coherencia, es más probable que busques ayuda, te formes, hagas cambios.
🔸 Si te identificas con la imagen de alguien que siempre “fracasa” o “no sirve para esto”, tus decisiones tenderán a la evitación, la duda o la inacción.
A menudo, lo que genera conflicto no es la falta de opciones externas, sino la falta de claridad interna sobre quién quiero ser. La brecha entre el yo actual y el yo deseado puede producir ansiedad, culpa o sensación de estancamiento. Y si no hacemos algo con eso, podemos caer en el piloto automático o en la autoexigencia crónica.
Caso real: Marta y su “yo silenciado”
Marta, 34 años, acudió a sesión diciendo que no sabía si seguir en su trabajo. Decía estar “confundida”. Pero al explorar más a fondo, surgió una imagen poderosa: se veía a sí misma creando un proyecto propio, con libertad, conectada con su creatividad. Esa versión la inspiraba… pero también le daba miedo.
Durante las sesiones, Marta se dio cuenta de que llevaba años ignorando esa voz. Se había acostumbrado a un yo funcional, correcto, pero desconectado de su deseo real. A medida que le dio forma a ese yo posible —el de alguien que se siente libre, creativa y en paz consigo—, empezó a tomar decisiones más alineadas: hablar con su jefe, reducir horas, y empezar a formarse en algo que le ilusionaba.
Ese fue el inicio de una transformación.
¿Desde qué identidad estás viviendo tu vida?
En coaching —especialmente en coaching ontológico— trabajamos con una pregunta fundamental: ¿desde qué identidad estás viviendo tu vida?
El trabajo con los yos posibles ayuda a:
Hacer visible lo que antes era solo una intuición
Comprender por qué repites ciertas decisiones
Reconectar con lo que realmente deseas
Elegir desde un lugar más consciente y menos reactivo
A través del diálogo socrático y un espacio de escucha, muchas personas descubren que su verdadero conflicto no está entre “opción A o B”, sino entre qué versión de sí mismos quieren construir. Y cuando conectas con un yo posible que te inspira, algo se activa: motivación, energía, dirección.
Los yos posibles y tus valores
Una parte clave de esta teoría es que esos yos posibles suelen estar anclados en tus valores más profundos: libertad, conexión, autenticidad, calma…
Por eso, cuando ignoras esa imagen deseada de ti mismo, algo dentro se resiente. Sientes que “te traicionas”, aunque no sepas muy bien por qué.
En cambio, cuando te permites explorarla, empiezas a vivir más en coherencia con lo que de verdad te importa. Y eso se traduce en bienestar.
🧭 Pregunta clave: ¿Esto que estoy a punto de hacer alimenta a mi yo posible… o al yo que quiero dejar atrás?
Ejercicio práctico
Te propongo un ejercicio breve pero poderoso para trabajar con tus yos posibles:
Describe tu vida dentro de un año si vivieras más alineado contigo. ¿Qué estarías haciendo? ¿Qué sentirías? ¿Qué habrías elegido?
Ahora imagina un año en el que todo sigue igual. ¿Cómo te sentirías? ¿Qué consecuencias tendría para ti?
Compara ambas imágenes. ¿Cuál quieres alimentar? ¿Qué paso puedes dar esta semana para acercarte a esa versión que deseas?
✅ Checklist: ¿Tu yo posible está claro?
>>> Lo he descrito con detalle emocional y concreto
>>> Me inspira y me da energía, aunque también algo de vértigo
>>> Identifico una acción pequeña que puedo tomar hoy
>>> Sé qué creencias o miedos están interfiriendo
>>> Estoy dispuesto/a a comprometerme con ese camino
Si algo de lo que has leído hoy resuena contigo, quizás este sea un buen momento para dar un pequeño paso.
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