Marcos tiene 35 años y trabaja en una empresa de tecnología donde ha logrado estabilidad y reconocimiento, liderando proyectos importantes y gestionando equipos. Sin embargo, a pesar de sus logros, siente que en cualquier momento sus compañeros descubrirán que no es tan competente como aparenta.
Cada día llega antes de la hora, revisa múltiples veces su trabajo y evita delegar tareas, asumiendo que si no lo hace él mismo, todo saldrá mal. Su entorno lo ve como alguien confiado y eficiente, pero en su interior lucha con una voz crítica que le dice: «Si cometes un error, se darán cuenta de que no vales tanto». Esta autoexigencia lo lleva a una fatiga constante y a una insatisfacción creciente.
Marcos está atrapado en un ciclo de miedo y validación externa. Sabe que algo no está bien, pero no encuentra la manera de romper con esta dinámica.
La vida como una obra de teatro
Erving Goffman y «La Presentación de la Persona en la Vida Cotidiana»
El sociólogo Erving Goffman revolucionó la manera en que entendemos la interacción social con su libro La Presentación de la Persona en la Vida Cotidiana (1956). Su teoría del interaccionismo simbólico sostiene que, en la vida diaria, las personas actúan como si estuvieran en un escenario, desempeñando distintos papeles según el contexto y la audiencia.
Goffman describe la interacción social como una representación teatral en la que cada individuo asume un rol para generar una impresión específica en los demás. Para ello, utilizamos:
El “frente”: La imagen pública que mostramos a los demás. Es el personaje que representamos en distintos escenarios (trabajo, familia, amigos). Este frente incluye nuestra forma de hablar, vestir y comportarnos.
El “detrás de escena”: La parte de nosotros que ocultamos en entornos sociales. Es donde nos relajamos, nos permitimos ser vulnerables y dejamos de actuar.
El “guion”: Las normas sociales y expectativas que seguimos para encajar en distintos entornos.
Cada interacción es un acto en el que intentamos gestionar la impresión que los demás tienen de nosotros, ajustando nuestra conducta para ser aceptados.
La gestión de la impresión y el miedo al juicio
Según Goffman, la mayoría de las personas sienten la necesidad de controlar la impresión que generan en los demás. Esto puede llevarnos a:
Actuar de manera distinta en distintos contextos, adaptando nuestra identidad a lo que creemos que los demás esperan.
Evitar situaciones donde podríamos ser percibidos como incompetentes o vulnerables.
Experimentar ansiedad ante la posibilidad de que nuestra “máscara” se derrumbe y los demás vean aspectos de nosotros que preferimos ocultar.
Cuando esta gestión de la impresión se vuelve excesiva, como en el caso de Marcos, puede generar un desgaste emocional y una desconexión con la propia identidad.
Un plan de transformación para Marcos
El caso de Marcos es un ejemplo claro de la teoría de Goffman:
El frente que presenta: Marcos se muestra como un profesional seguro, trabajador y confiable, proyectando una imagen de competencia absoluta.
Tras bambalinas: Cuando está solo, se siente agotado, inseguro y teme ser descubierto como «un fraude».
Gestión de impresiones: Ha aprendido a interpretar un papel según las expectativas de su entorno laboral, pero esto le genera un gran desgaste emocional.
Su problema no es la falta de capacidad, sino la disonancia entre su imagen pública y su percepción interna. Esta brecha genera ansiedad, inseguridad y un miedo constante al fracaso.
Trabajando con Marcos en consulta
Fase 1: Observar y Tomar Conciencia
Ejercicio de autoobservación: Identificar en qué momentos está interpretando un papel y cuándo se siente genuino.
Cuestionar sus creencias limitantes: Explorar preguntas como: ¿Qué evidencia tengo de que «no soy suficiente»? ¿De dónde viene esta creencia?
Practicar la vulnerabilidad controlada: Compartir pequeñas dudas o dificultades con personas de confianza en su trabajo.
Fase 2: Reestructurar su Narrativa Interna
Identificar y reformular su diálogo interno: Transformar pensamientos como «tengo que demostrar mi valor» en «mi valor no depende solo de la opinión de los demás».
Diferenciar identidad de desempeño: Comprender que cometer errores no define su valía como persona ni profesional.
Ejercicio de «escenario controlado»: Exponerse gradualmente a situaciones donde pueda mostrarse vulnerable sin miedo al juicio.
Fase 3: Integrar una Nueva Forma de Ser
Cultivar una autoimagen más flexible y compasiva: Reconocer que puede ser competente sin necesidad de ser perfecto.
Desarrollar nuevas formas de relacionarse: Practicar una comunicación más honesta y equilibrada con sus compañeros.
Sostener hábitos de autoconfianza: Incorporar técnicas como la gratitud y la visualización positiva para reforzar su seguridad interna.
Una forma más libre y plena de ser
El caso de Marcos ilustra cómo la imagen que proyectamos puede convertirse en una jaula si no es coherente con nuestra identidad real. Es similar a llevar una máscara durante tanto tiempo que olvidamos quiénes somos realmente, lo que puede generar ansiedad y una desconexión emocional.
Gracias al coaching ontológico, Marcos puede:
Identificar y cuestionar las creencias que sostienen su miedo.
Aprender a mostrarse de forma auténtica sin sentir que pierde valor.
Reconfigurar su diálogo interno para actuar desde la confianza y no desde la autoexigencia.
Construir relaciones más genuinas y satisfactorias en su entorno laboral.
El coaching no busca cambiar a Marcos, sino ayudarle a descubrir una forma más libre y plena de ser.
¿Te has sentido identificado con la historia de Marcos? Si en algún momento has dudado de tu valía o sientes que necesitas demostrar constantemente tu capacidad, es hora de romper ese ciclo.
En EM Coaching, te ayudamos a reconstruir tu confianza desde dentro, para que puedas vivir y trabajar desde tu autenticidad, sin miedo al juicio o la autoexigencia extrema.
La primera sesión de evaluación es totalmente gratuita.
📩 Más información: efrenmorales.es
💬 Escríbeme por WhatsApp: wa.me/34822042017
¡Reserva tu sesión hoy y da el primer paso hacia la seguridad y el bienestar que mereces!

A través del coaching ontologico te acompaño a gestionar las crisis existenciales de la mediana edad para que puedas llevar la vida que realmente quieres sin tener que romper con tu vida actual ni hacer cambios drásticos. Más información.