La palabra «confiar» viene del latín «confidere», que significa «tener fe en».
Pero confiar en alguien no es ir a ciegas. Es un acto basado en la experiencia y el vínculo que tienes con esa persona.
También implica sentido común. Es como cuando sigues las indicaciones de un GPS: no sabes cada giro de antemano, pero confías en que te llevará a tu destino.
«Fiarse de» alguien es creer en su honestidad o en su criterio. Fíjate, cuando le «fías» a alguien, le estás vendiendo algo con la confianza de que te pagará después. Confiar es un riesgo calculado.
Entonces, ¿qué significa confiar en uno mismo?
Te diré lo que no es:
No es creer que nunca fallarás, porque eso es imposible.
No es pensar que tendrás todas las respuestas antes de empezar; la mayoría de tus decisiones son riesgos calculados.
Y, por supuesto, no es no tener miedo.
Sin la capacidad de sentir miedo, la humanidad se habría extinguido hace mucho al no poder reaccionar frente a cualquier peligro.
Confiar en ti mismo no significa estar seguro de todo.
Significa estar seguro de ti, porque has entendido que, venga como venga la vida, encontrarás la manera de salir adelante.
Construyendo confianza
¿Te cuesta confiar en los demás o en ti mismo? La confianza se construye con pequeñas acciones diarias que refuerzan nuestra seguridad. Si sientes que te paraliza el miedo o la incertidumbre, podemos trabajar juntos en ello. Reserva una sesión y descubre cómo fortalecer tu confianza. También puedes hacerlo por whatsapp.

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