Diseña un entorno que favorezca la disciplina



¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas personas parecen tener una disciplina de hierro mientras que a otras les cuesta tanto mantener hábitos saludables? No es magia ni fuerza de voluntad inagotable, sino estrategia.

La trampa de la fuerza de voluntad

Muchas veces creemos que la clave para lograr nuestras metas está en tener más autocontrol. «Si tan solo tuviera más fuerza de voluntad, haría ejercicio todos los días», «Si fuera más disciplinado, no procrastinaría». Pero, ¿y si te dijera que la fuerza de voluntad no es el problema?

El psicólogo Roy Baumeister, experto en el estudio del autocontrol, descubrió que la fuerza de voluntad es un recurso limitado. Cada vez que tomamos decisiones o resistimos tentaciones, este recurso se va agotando. A esto se le conoce como agotamiento del ego.

Piénsalo así: es como si tuvieras una batería interna. Cada vez que te obligas a no mirar el móvil mientras trabajas, a no comer ese dulce que tienes en la despensa o a evitar postergar una tarea, consumes un poco de esa energía. Al final del día, si has gastado demasiado autocontrol, será mucho más difícil tomar buenas decisiones.

El truco está en el entorno

Si la fuerza de voluntad se desgasta, entonces no podemos depender solo de ella. Aquí es donde entra en juego el diseño del entorno.

Las personas disciplinadas no se pasan el día resistiendo tentaciones. Lo que hacen es estructurar su entorno de manera que las buenas decisiones sean automáticas y las malas opciones sean menos accesibles.

Veamos algunos ejemplos:

Si quieres leer más, deja un libro a la vista, en la mesa de noche o en el sofá, para que te invite a abrirlo.
Si quieres comer más saludable, llena tu nevera con opciones nutritivas y guarda los ultraprocesados en un lugar menos accesible.
Si quieres hacer ejercicio por la mañana, deja tu ropa deportiva lista desde la noche anterior.
Si quieres reducir el uso del móvil antes de dormir, deja el teléfono fuera del dormitorio y usa un despertador analógico.

Diseña tu propio entorno

El primer paso es identificar qué hábitos quieres fortalecer y analizar qué elementos de tu entorno te lo ponen difícil. Luego, haz pequeños ajustes para facilitar las buenas decisiones.

Haz que lo que quieres hacer sea más fácil y lo que quieres evitar sea más difícil. Así, en lugar de depender de la fuerza de voluntad, estarás usando la estrategia.

¿Qué cambio puedes hacer hoy para diseñar un entorno que te ayude a ser más disciplinado? Déjamelo en los comentarios.


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