Pensar en el futuro puede ser una habilidad estratégica o convertirse en una carga.
Te pasas el día proyectando escenarios, anticipando lo que puede salir mal, intentando controlarlo todo antes de que ocurra. Te despiertas a las 3 de la mañana y ya estás resolviendo problemas que aún no existen. Tu mente se activa como si estuviera en una sala de mandos: revisando mil pantallas a la vez.
Y claro, es agotador. No porque seas débil , sino porque ningún sistema está diseñado para operar en modo alerta de forma permanente.
Nada es suficiente
Cuando tu atención está dispersa en “todo lo que podría pasar”, dejas de estar presente en lo que sí está pasando. Eso te paraliza. Te hace sentir que nada es suficiente. Y muchas veces, te empuja a postergar, a sabotearte o a vivir con una sensación difusa de fracaso, aunque estés haciendo un montón de cosas bien.
Este patrón tiene nombre (aunque no lo usamos así en el día a día): ansiedad anticipatoria. También se vive en el cuerpo: nudos en el estómago, insomnio, fatiga, tensión constante. ¿Te suena?
¿Y si aprendieras a modular tu enfoque?
Hay una metáfora que me encanta usar en consulta:
¿Has visto cómo los caballos usan anteojeras para no distraerse con lo que ocurre a los lados?
No es porque sean torpes. Es porque tienen una tarea clara: avanzar hacia delante.
Las anteojeras no los limitan. Los protegen del ruido innecesario.
Y a veces, tú necesitas lo mismo. No como evasión. Sino como una estrategia de cuidado mental.
Lo que puedes hacer hoy:
🔹 Define dirección, no control absoluto.
Ten claro tu rumbo a corto, medio y largo plazo. ¿Qué es importante para ti este año? ¿Qué toca esta semana? ¿Qué puedes hacer hoy?
🔹 Enfócate en el presente útil.
No necesitas tener respuestas para todo. Basta con saber cuál es tu siguiente paso razonable. A veces, solo toca dormir, escribir un correo o salir a caminar.
🔹 Deja de reevaluar cada cinco minutos.
Decidir no es resolverlo todo. Es elegir una acción viable sin tener garantías absolutas. Puedes ajustar más adelante. No necesitas perfección para avanzar.
Un espacio de entrenamiento
En coaching ontológico trabajamos mucho con el poder del lenguaje, la atención y el observador que estás siendo.
Aprender a elegir a qué le das foco puede cambiar completamente tu experiencia cotidiana.
No se trata de ignorar los problemas.
Se trata de no quedar atrapado en todos los futuros posibles, al mismo tiempo.
Muchos de los procesos que acompaño empiezan de esta forma:
Personas inteligentes, sensibles, comprometidas… que sienten que algo les está robando energía.
Y muchas veces, lo que les está agotando es simplemente el hábito de anticipar todo y no aterrizar nada.
🎯 ¿Te gustaría explorar esto en tu caso particular?
Te ofrezco una sesión de descubrimiento gratuita donde podemos mirar juntos qué te está ocupando por dentro, y si el coaching puede ayudarte a recuperar claridad y enfoque.
📅 Reserva aquí tu sesión sin compromiso
Solo necesitas traer una pregunta, una duda o esa sensación de “no sé por dónde empezar”. Lo demás, lo construimos juntos.
💬 Y si esto te resuena, te invito a compartir en comentarios:
¿Qué estás intentando resolver antes de tiempo? ¿Qué pasaría si no tuvieras que hacerlo solo/a?

A través del coaching ontologico te acompaño a gestionar las crisis existenciales de la mediana edad para que puedas llevar la vida que realmente quieres sin tener que romper con tu vida actual ni hacer cambios drásticos. Más información.